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Derrumbando Mitos

Actualizado: 23 oct 2019

Derrumbando Mitos: la eficiencia energética como negocio, como ventaja económica

Arq. Andrea Fuentes Rausseo


Participantes del workshop de eficiencia energética en WTC Torre 4

Tras asistir al Workshop de Eficiencia Energética y Desarrollo Sostenible, realizado entre el 28 y el 29 de junio, de la mano del UYGBC y con las valiosas ponencias y guías del personal de la consultora Petinelli, Brasil, pudimos de arranque reflexionar sobre la tripleta de la sustentabilidad:

  • económicamente viable,

  • socialmente justo.

  • ambientalmente correcto.

La metodología implementada por el equipo de Petinelli nos permitió, con los diferentes enfoques de quienes conformamos cada grupo, acercarnos a un proyecto real. Dos grupos trabajaríamos con la premisa de estar emplazados en Salvador de Bahía, Brasil y los otros dos grupos harían lo propio con una edificación localizada en Montevideo. En ambas construcciones incorporaríamos los conceptos que nos iban explicando con todos los ejemplos manejados por la consultora. Lo más interesante y aleccionador fue que en estos ejercicios prácticos se derrumbarían muchas de los mitos que al momento de hablar de sustentabilidad en edificaciones teníamos previamente al taller, a saber:


El famoso recurso de los paneles solares: muchos pensamos como solución mágica e inmediata en temas de certificación LEED y sustentabilidad, la implementación de paneles solares en la edificación y no caemos en cuenta que dicho recurso no hace una construcción eficiente energéticamente per se. Genera energía, no la optimiza, por ende, es de los últimos recursos a usar y no la panacea.


Los equipos de última generación y de mayor eficiencia energética son la clave: otro mito que se derrumba, muchos creímos que con ascensores más modernos o domótica, reduciríamos en gran medida el consumo energético. Como medida principal y si bien estos elementos ayudan, no son estos ni de cerca los elementos que reducirán el consumo de nuestra edificación. En un mayor porcentaje aprendimos que son un complemento, pero de vuelta, no la solución.


Los elementos a implementar individualmente suman, sin importar la relación entre sí: el equipo en el que me encontraba le fue bárbaro en la primera ronda, gastamos en un buen equipo de aire acondicionado (a fin de cuentas, no estábamos tomando en consideración el factor costo al principio, una pequeña trampa para hacernos aterrizar luego), unos cerramientos de vidrio súper eficientes, que dejaban entrar algo de calor pero no demasiado y en unas lámparas leed óptimas. En la segunda ronda caímos estrepitosamente, ¿por qué? Decidimos en esa etapa cambiar el cerramiento de las superficies de concreto y agregarle laminas aislantes, pensamos que así no entraría tanto calor, pero no pensamos que tampoco saldría el que ya teníamos remanente de la luz que incidía sobre nuestros ventanales. Por ello hay que ver todas las medidas que tomamos como un conjunto y no como elementos aislados.


Grandes esfuerzos generan grandes beneficios: ya comenté que en la segunda ronda no nos fue tan bien, pero no fue sólo por el aislamiento, también decidimos colocar parasoles automatizados; una medida que sonaba super moderna y eficiente, pero que a la larga probo ser un error: resultaron excesivamente costosos y sólo se traducirán en una reducción de un 6% del consumo energético. Una muestra de que la famosa premisa de menos es más también puede aplicar a la eficiencia energética.



El orden de los factores si altera el producto en el mundo de la eficiencia energética: final de fotografía, en competencia con nuestros pares del otro grupo parecía que estábamos muy iguales, sin embargo, ganaron ellos, ¿saben por qué? El orden de los factores…nosotros aplicamos medidas más de equipamiento en un principio y dejamos las medidas de emplazamiento, como girar edificación, para el final. La verdad que siempre, siempre debemos buscar implementar todos los cambios posibles a nivel arquitectónico al inicio, sobre todo porque ellos pueden derivar en un menor consumo energético inmediato. Vimos ejemplos muy sencillos, de como el sólo hecho de colocar ventanales en la altura correcta lograban una mejor circulación del aire y un posterior menor gasto en aire acondicionado, quizás a un mayor costo inicial, pero a un menor consumo en el tiempo.


En este taller, podríamos decir que llegamos a comprender lo que puede ser la clave de la sustentabilidad: el implementar prácticas que buscan alterar el mercado y hacerlo favorable a las mismas. Una especie de actualización de los principios minimalistas de Mies van der Rohe con un menos es más enfocado a lograr ejecutar más, consumiendo menos recursos. Un invertir más (de manera eficiente) cuando se construye para lograr invertir menos en toda la operativa de lo edificado.


La eficiencia energética como negocio, como ventaja económica y no como un concepto más abstracto de hacer un mundo más verde, pues porque para nadie es un secreto que el dinero mueve al mundo y si logramos que los grandes capitales entiendan la sustentabilidad como una medida de competitividad en los negocios, serán las grandes industrias las que decidan apegarse a la eficiencia energética como solución a los déficit de funcionamiento de los grandes desarrollos inmobiliarios, parques industriales y a menor escala, las viviendas unifamiliares.


Sin duda una experiencia que espero se replique en el tiempo, que me permitió conocer el interés de no sólo profesionales independientes en el tema, sino también de personal pertenecientes a grandes desarrollos inmobiliarios, medianos estudios e incluso entes gubernamentales; evidencia que el futuro de la sustentabilidad en el Uruguay es aquí y ahora.

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